sábado, 14 de enero de 2012

EXPLICACION, FENOMENO CLIMATICO "EL NIÑO"

El Niño es un fenómeno climático, erráticamente cíclico (Strahler habla de ciclos entre tres y ocho años[1] ), que consiste en un cambio en los patrones de movimiento de las corrientes marinas en la zona intertropical provocando, en consecuencia, una superposición de aguas cálidas procedentes de la zona del hemisferio norte inmediatamente al norte del ecuador sobre las aguas de emersión muy frías que caracterizan la corriente de Humboldt; esta situación provoca estragos a escala zonal (en la zona intertropical) debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a América del Sur, tanto en las costas atlánticas como en las del Pacífico.
El nombre de "El Niño" se debe a pescadores del puerto de Paita al norte de Perú que observaron que las aguas del sistema de corrientes del pacífico oriental o corriente de Humboldt, que corre desde la costa meridional de Chile por el sur hasta el norte frente a las costas septentrionales de Perú, se calentaban en la época de las fiestas navideñas y los cardúmenes o bancos de peces desaparecían de la superficie oceánica, debido a una corriente caliente procedente del golfo de Guayaquil (Ecuador). A este fenómeno le dieron el nombre de Corriente de El Niño, por su asociación con la época de la Navidad y el Niño Jesús.
El nombre científico del fenómeno es Oscilación del Sur El Niño (El Niño-Southern Oscillation, ENSO, por sus siglas en inglés). Es un fenómeno explicado por el movimiento de rotación terrestre y, en consecuencia, por el desplazamiento de las mareas del hemisferio norte al hemisferio sur, siempre dentro de la zona intertropical.
¿COMO SE DESARROLLA "EL NIÑO"?
El episodio prodrómico se inicia en el océano Pacífico tropical, cerca de Australia e Indonesia, y con él se altera la presión atmosférica en zonas muy distantes entre sí, se producen cambios en la dirección y en la velocidad de los vientos y se desplazan las zonas de lluvia en la región tropical.
En condiciones normales, también llamadas condiciones neutrales, los vientos alisios (que soplan de este a oeste) apilan una gran cantidad de agua y calor en la parte occidental de este océano. En consecuencia, el nivel superficial del mar es aproximadamente medio metro más alto en Indonesia que frente a las costas del Perú Ecuador y norte y centro de Chile.[3] [4] [5] [6]
Además, la diferencia en la temperatura superficial del mar es de alrededor de 8 °C entre ambas zonas del Pacífico. Las temperaturas "frías" se presentan en América del Sur porque suben las aguas profundas y producen un agua rica en nutrientes y mantiene el ecosistema marino. Durante el fenómeno de "La Niña" las zonas relativamente húmedas y lluviosas se localizan al sudeste asiático, mientras que en América del Sur es relativamente seco.
Durante El Niño los vientos alisios se debilitan o dejan de soplar, la máxima temperatura marina se desplaza hacia el sistema de corrientes Chileno-Peruana, que es relativamente fría, y la mínima temperatura marina se desplaza hacia el Sudeste Asiático. Esto provoca el aumento de la presión atmosférica en el sudeste asiático y la disminución en América del Sur. Todo este cambio ocurre en un intervalo de seis meses que, aproximadamente, va desde junio a noviembre; es muy fuerte con alteraciones en el clima.

 Los efectos

 En América del Sur

Las consecuencias de este fenómeno climático lleva a regiones aleatorias de América del Sur a:

 En América Central

 Guatemala

Uno de los eventos climáticos de mayor impacto en Guatemala es el fenómeno de El Niño, con importantes implicaciones en el clima, que se ha reflejado en la variación de los regímenes de lluvia. Bajo eventos severos se ha registrado una disminución importante en los acumulados de lluvia el inicio de la época lluviosa, con implicaciones de menor disponibilidad de agua, incendios, etc.
El fenómeno se ha asociado a mayor incidencia de frentes fríos, aumento del número de huracanes en el Pacífico mientras que disminuyen en el Atlántico, Caribe y golfo de México, tal como se ha venido observando en los últimos años.
Estas condiciones atmosféricas causan inundaciones importantes en las cuencas de los ríos, principalmente los correspondientes a la vertiente del Pacífico las cuales se ven agravadas por la alta vulnerabilidad de muchas zonas pobladas establecidas en áreas de alto riesgo como márgenes de ríos y laderas propensas a deslizamientos.

 En el sudeste de Asia

En determinadas regiones aleatorias (desconocidas) del sudeste asiático provoca:
  • Lluvias escasas.
  • Enfriamiento del océano.
  • Baja formación de nubes.
  • Periodos muy secos.
  • Alta presión atmosférica.
  • Escasez de alimentos marinos
  • Cultivos arruinados
  • Escasez de agua en los ríos

 En el Mundo

Consecuencias globales:
  • Cambio de circulación atmosférica.
  • Cambio de la temperatura oceánica.
  • Pérdida económica en actividades primarias.
  • Pérdidas de hogares.

 Los Niños prehispánicos

Resumiendo las conclusiones de quienes han estudiado las huellas dejadas desde hace algunos milenios por eventos climáticos excepcionales en varias zonas situadas entre la desembocadura del río Piura, al norte y la de la Quebrada de los Burros cerca de Tacna, al extremo sur de Perú.[7]
No se sabe bien cuáles eran las condiciones climáticas que reinaban en la costa Peruana antes de la era interglacial actual, llamada holoceno (que se estableció desde hace 10 a 15 milenios). El nivel del mar era de 80 a 120 m más bajo y la línea de la orilla más alejada, hasta varios kilómetros. Los autores están de acuerdo en pensar que las condiciones climáticas sobre la costa peruana ya eran desérticas o al menos áridas. Algunos investigadores afirman que los eventos de El Niño existen desde hace por lo menos 40.000 años.
En la parte norte de Perú, se observa un evento de El Niño que provoca inundaciones cada 5 ó 10 años. En el Sur estos eventos son escasos, pero pueden sobrevenir y son a menudo devastadores.
Las huellas dejadas por los diferentes Niño varían según las regiones. Las cronologías pueden ser diferentes. Se puede constatar que, de norte a sur de la costa peruana sobrevienen cada 200, 300 ó 500 años, una catástrofe climática mayor que probablemente ha provocado a menudo o facilitado la desaparición violenta de varias civilizaciones como la cultura Chavín, la dinastía Naylamp o la cultura Lambayeque. Esta ciudad fue destruida en 1585 por un evento de lluvias torrenciales, asociadas a un fenómeno El Niño fuerte. En la época se atribuyó la culpa de la destrucción de la ciudad al gobernador, que habría sido castigado por haber cambiado de lugar la estatua del fundador de la ciudad.[8]
En los años 1460, una serie asociada de El Niño-La Niña provocaron hambrunas y pestes que seguramente influyeron en una profunda crisis del imperio Inca.[9]

 Los Niños históricos

Diversos investigadores han concordado en una cronología completa de los eventos del Niño a partir de los elementos históricos.
Los eventos calificados de muy fuertes, que se podrían comparar con los eventos de 1982-83 y de 1997-98 han sobrevenido en 1578, 1728, 1790-93, 1828, 1876-78, 1891 y 1925-26, es decir 9 eventos muy fuertes en 475 años, es decir aproximadamente cada 50 años.
Otros 10 eventos son calificados entre Fuerte y Muy Fuerte (F+) y otros 21 de Fuertes. Por lo tanto, ha habido 40 eventos Fuertes y Muy Fuertes en 475 años, es decir uno cada 9 años.
Con todas las reservas del caso se puede decir que cada 500 ó 1.000 años el Perú ha sido golpeado por una catástrofe mayor (Mega Niño), capaz de remodelar paisajes y desorganizar o provocar la desaparición de sociedades.
Niños Muy Fuertes como los de 1925, 1983 ó 1997 sobrevendrán aproximadamente cada 50 años, en media.
Niños normales o canónicos sobrevendrán en promedio cada 3 ó 4 años. Estos tienen a menudo efectos benéficos sobre las culturas y la generación de los recursos en agua, pero provocan una sobre dos o tres veces (en promedio cada diez años) daños apreciables.
Finalmente, hay que recordar que en el Perú, las inundaciones no siempre son provocadas por el Fenómeno El Niño. Los huaicos a menudo catastróficos son muchas veces vinculados por deslizamientos de terreno, (provocados por temblores, accidentes glaciares o exceso de lluvias relacionadas con el Niño o no). Las investigaciones del Síndrome El Niño puede poner orden en el contexto de las posibilidades del cambio climático. El hallazgo de un cierto ciclaje en la reaparición del Niño puede hipotetizar acerca de no cambios climáticos globales. Hay expertos en disidencia en pensar en la hipótesis de un no recalentamiento global del clima del planeta, por los antiguos mega «Niños Muy Fuertes», y que en la actualidad sean menos frecuentes.
Ver también: El Niño y la Niña en el siglo XX

 1997-1998

En noviembre de 1997 se realizó un foro para predecir los impactos de El Niño. "¿Cuánto va a llover en la región?" o "¿Cuánto se intensificarán los vientos para los huracanes?" fueron dos de las de cientos de preguntas que se realizaron en el foro. Las consecuencias del fenómeno El Niño, en 1997, fueron muy fuertes, no solamente afectaron las costas de Sudamérica, sino que también afectó Centroamérica, el Pacífico mexicano y la corriente de California, ocasionando intensas lluvias desde el estado de Baja California, en México, afectando a varias ciudades como Ensenada, Rosarito, San Diego, Tijuana entre otras, hasta el sur del Perú y norte de Chile respectivamente. Provocó, aparte de epidemias, gran erosión en las costas, incendios forestales, pérdida pesquera y agrícola. Incluso el 13 de diciembre de 1997, invierno boreal, se diosodio cada 116 años es 1 mínimo climático.En este mismo día se presentaron nevadas en ciudades que no nieva usualmente como Guadalajara, San Luis Potosí, León y Aguascalientes provocando también la suspensión de actividades en los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas en México.

 Influencia en Perú y Chile

El fenómeno del Niño afectó en 1997-98 gran parte del Perú y Chile, en este último se vió reflejado en los temporales de Chile central en 1997, concentrándose sus efectos entre noviembre de 1997 y abril de 1998. Las lluvias promedio mensuales alcanzaron 701 mm en Tumbes, 623 202 mm en Chiclayo, superando ampliamente los niveles normales.[10] Pero puede afectar a otros países.
Los departamentos más afectados del país fueron los de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, e Ica.
Los ríos que desembocan en el Pacífico alcanzaron caudales muy importantes, algunos de los cuales fueron:
Los daños causados se concentran en la infraestructura vial, agricultura e infraestructura urbanas eléctricas. Se estimaron 880 km de carreteras destruidas donde 115 km corresponden a carreteras asfaltadas, 394 km a afirmadas y 334 km a vías sin afirmar y trochas. Igualmente han sido afectados 845 km de carreteras asfaltadas, 4.640 km de carreteras afirmadas y 1.060 km de vías sin afirmar aproximadamente. Se tienen 58 puentes dañados totalmente y 28 puentes afectados con una longitud total de 4395 m[10] . Igualmente las vías de ferrocarril central, del sur y del sur-oriente han sufrido el embate de más de 150 huaicos.
Se han afectado poblaciones urbanas o rurales de Tumbes, Piura, Ica, Oxapampa, Villarica, Pozuzo, Junín, y Trujillo, comprometiéndose sus obras de saneamiento de agua y desagüe.
La amplitud excepcional de este fenómeno obliga a modificar el razonamiento técnico tradicional y proponer medidas y tipos de obras diferentes de los recomendados en el pasado.
El Síndrome El Niño es un conjunto de eventos climático-hidrológicos, cuya naturaleza, aparición, intensidad, no está aún claramente definida, como tampoco su magnitud, sus lugares de afectación, frecuencia y extremos están sujetos a incertidumbres en razón del increíblemente corto período de registro de la muestra estadística.

 El ENSO y el calentamiento global

A comienzos del siglo XXI, la asignación de cambios recientes en el ENSO, o predicciones hacia cambios futuros de clima, no han logrado correlaciones consistentes.[11] Más resultados de 2005[12] tienden a sugerir que los relativamente proyectados calentamientos, podrían seguir a cambios en los patrones espaciales El Niño, sin necesariamente alterar la variabilidad natural de este patrón, mientras el ciclo ENSO podría acortarse mínimamente.[13]

El Niño y las guerras climáticas
Según el Instituto para la Tierra de la Universidad de Columbia el fenómeno climático El Niño sería el causante de numerosos conflictos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial. Según los investigadores del Instituto para la Tierra los episodios más duros de El Niño habrían precedido al 30% de las guerras civiles en un centenar de países. El riesgo de un conflicto se doblaría respecto a los periodos de La Niña. Globalmente la aparición de excesivas temperaturas grandes sequías estarían relacionadas con el 21% de los 234 conflictos que el Instituto para la Tierra ha analizado desde 1950 a 2004.[14] [15]

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